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Melania Trump: de las pasarelas a la Casa Blanca, entre el lujo y la controversia

Mucho antes de convertirse en Primera Dama de Estados Unidos, Melania Trump ya era una figura reconocida en el mundo de la moda. Nacida en Sevnica, Eslovenia, inició su carrera como modelo en la adolescencia, trabajando en Europa antes de trasladarse a Estados Unidos, donde en 2006 obtuvo la ciudadanía estadounidense.

Durante la década de 1990, Melania vivió en París y colaboró con prestigiosas revistas y fotógrafos, estableciendo su nombre en la industria. Su estilo se definió rápidamente por piezas de grandes casas de moda como Dolce & Gabbana, Christian Dior, Valentino, Givenchy y Emilio Pucci. Además, se convirtió en una fiel admiradora de los tacones de Christian Louboutin, consolidando su imagen de lujo y sofisticación.

Cuando Donald Trump asumió la presidencia en 2016, Melania dejó de lado el modelaje para adoptar el rol de Primera Dama. Aunque siempre mantuvo una imagen cuidada y elegante, su tiempo en la Casa Blanca estuvo marcado por una presencia discreta y, en ocasiones, polémica. Uno de los momentos más controvertidos fue su elección de una chaqueta con el mensaje "Realmente no me importa, ¿a ti?", durante una visita a un centro de niños migrantes en 2018, lo que generó fuertes críticas internacionales.

A pesar de sus apariciones cuidadosamente estilizadas y su pasado en el mundo del lujo, su contribución política y humanitaria fue limitada en comparación con otras Primeras Damas. Esta dualidad entre la sofisticación de su imagen pública y su rol político ha hecho de Melania una figura enigmática y divisiva. Mientras que su paso por la Casa Blanca dejó opiniones encontradas, no hay duda de que sigue siendo un ícono de estilo con una personalidad reservada que intriga tanto como polariza.

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